martes, 5 de abril de 2016

Pachacuti

Pachacuti

Sebastiano Monada






Llegué la noche de San Juan
A la ciudad de la fiesta
Libre de culpas multiplicaba sus hogueras
A la ciudad cobijada por brazos robustos de la cordillera
Cuando las lumbres carbonizaban nostalgias metropolitanas
Ciudad de paz y concordia
Después de haber sido sede de batallas interminables
Villa colonial morada de espectros divagantes

Como siempre
Cada año
En la noche más fría
El fuego devoraba enseres tradicionales

Chucutas reunidos en las nocturnas fogatas
Congregados en guerra civil de fantasmas inmortales
Contemplaban asombrados anagrama candente
Del eterno retorno a lo mismo
A la escisión y al desgarro constitutivos
Fugaz embrujo de conflagración primordial

La flota terrestre me depositó en la Churubamba
Dos plazas cunas de Nuestra Señora de La Paz
Polleras de pacha-mama sideral
Hogar de labradores de piedra
Y de aventureros de metal
Plaza de indios y plaza de ibéricos
Dos plazas del pacto traicionado por los federales
Que ganaron la guerra pero perdieron el nombre
Y la reñida condición federal
Los derrotados transmitieron condición unitaria
Y dieron nombre a la continuidad colonial

Dos plazas
Dos orbes, dualidad irresuelta
Como perpetua disyunción apremiante
Oculta por volcanes acallados
Achachilas taciturnos meditando
Ciclo eterno del retorno
Lava guarnecida esperando la señal
Para el renacer de Tunupa

El tiempo no transcurre
Permanece agazapado como leopardo
Tiempo-felino cazado en emboscada 
Perpetrada por montañas envolventes
Tiempo circular
Remolino inicial
Bucle de nacimientos y muertes
Turbulencia de comienzos y desenlaces
No hay pasado ni futuro
Solo espesor
Tejido por cuerdas vibradoras
Energía inagotable
Eternidad presente
Presencia cambiante
Repetida como anhelo tenaz

Chuqui-apu
Donde repite la conquista interminable
Apocalipsis montado como huella indeleble
Simétricamente
Sitio de la serpiente luminosa
Como rebelión permanente
Conquista y plaza de armas 
Dragón mordiéndose la cola
Imperecederas ambas constelaciones
Pléyades y Llama
Mirando desde gigantescos ojos navegantes
Lágrimas de miel oscura
Agujeros negros donde desaparece materia
Luz y tiempo
Desvanecidos en la nada
Insinuaciones vírgenes
Danza de amazonas

Cuando recuerdo en la llegada
A la ciudad incendiada
Al amigo incondicional de antaño
Con quien cruzamos la cordillera
Adhesión intrépida
Hecho de capturas fugaces
Y episodios extravagantes
Así lo he querido
En su fraternidad cómplice

Una travesía nos ensambla
Un itinerario de emanaciones fragantes
Un éxodo de románticas peregrinaciones   
Una evasión curvada por gravitación apasionada
Un millón de trancos dados en la explanada
Inventando vespertinos alejamientos
Un millón de pisadas hendidas
En suelos adormecidos por legua helada
Deshilvanando órbitas coreadas
Usanzas habituales memorizadas
Un millón de callos endurecidos
Desflorando planicie inacabable
Meditación del cóndor desvelado
Aldeas desoladas sin moradores agitados
Chacras terracotas sin surcos arados
Testimonios melancólicos
De la pérdida irreparable
Y de la condena del destierro

¿Cuándo volverán a morar las voces de bronce?
Las semillas de papa
Los arados de madera
Las chontas arcaicas
Los afectos cocidos
Cerámica ancestral atesorada

¿Cuándo volveré a dormir apacible
En colchón de piedra cubriéndome de awayos?
¿Cuándo Chuqui-apu se encontrará de nuevo en dos plazas?
Chakana de culturas y civilizaciones antiguas
Puente cruzando firmamentos soñados



Pachacuti

https://pradaraul.wordpress.com/2016/04/05/pachacuti-3/












No hay comentarios.:

Publicar un comentario