miércoles, 19 de octubre de 2016

Hablo desde el cuerpo

Hablo desde el cuerpo


Sebastiano Monada



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Hablo desde la cueva donde se agita la tristeza
Como se agitan las olas
Reclamando a las rocas
O vientos que sacuden a las ramas
Buscando despertarlas de su letargo vegetal

Hablo desde los socavones recorridos por nostalgias
Como memorias repentinas conmoviendo a las abuelas
Lagrimeando ante recuerdos depositados en fotografías
Desde las estalactitas quebradas
Como lágrimas cristalizadas de las estrellas
Al escuchar rumores del afuera

Hablo a los humanos
Si algo queda en ellos
De humanidad ideada
Hablo a las humanas
Sensibles cuerpos dominados
Creadoras de la vida
Y defensoras del amor

Hablo a sus corrientes vitales
Ramales de cuencas bañando  
Crujidos del cosmos plegado
En el perceptivo cuerpo
Continente de sensaciones aladas
E imaginaciones vaporosas
Acompañada de razones luminosas
Venas y arterias en movimiento rumoroso
Turbulentos ríos
Deslizando narraciones copiosas de tramas
Composiciones acuosas
Profusos afluentes derivando
En caudal inmenso de sentimientos
Intérpretes de ecologías del mundo

Hablo a potencia inhibida
En depósitos de la carne
Almacenes  prohibidos
Secretos sellados
Nombrados misterios
Creatividad temida por las instituciones

Las máquinas burocráticas decidieron rutas
Canalizando fuerzas
Como rebaños de ovejas
Hacia la disciplina moduladora
Inscribiendo hábitos en la carne
A través de ritmos constantes
De movimientos diseñados
Pedagogía escolar
Ortopedia espiritual
Y hacia la normalidad masificada
Como imitación exigua
Estandarizada por el promedio de los prejuicios
Repetidamente plantados

La creatividad y la inventiva son encerradas
En oscuros socavones de silencio
No pueden circular alegres por las calles
Su magia cambia lo que toca
Transforma las reglas
Juega al devenir constante

El leviatán no puede permitir semejante ductilidad
Plasticidad de las formas, contenidos y expresiones
Como magma fundente de la materia palpada
Ocasionando dilución
Del orden del mundo
Del orden del discurso
Del orden institucional
Aunque deje pasar irrupciones del chantaje
Forcejeo disimulado en los pasillos
Del palacio de los espejos
Y los ministerios sin espejos
De ventanas cerradas
Puertas selladas
Y armarios atosigados
De papeles insolados
Campamentos de hongos y oxidaciones de la corrosión
Diseminación aterida en la arquitectura colonial
De la inmutable inercia estatal
Terco dilatado otoño patriarcal
Circense malabarismo de la corrupción
Prestidigitación del lado oculto del poder

El Leviatán prohíbe y condena
Como juez supremo de la dominación
Que todo este sostenido por el avatar estético
Por el romance pasional
Entre el azar y la necesidad

¿Nos dejaremos arrastrar por las máquinas de muerte?
¿Dejaremos que fatalidad inscrita por mecánica nihilista
Nos arroje al abismo?
¿Seguiremos tolerando a hombrecitos creyéndose elegidos
Para gobernar
Y decidir por los pueblos?
Hombrecitos megalómanos
Enamorados de sí mismos
Jinetes del Apocalipsis

¿Dejaremos arrasar nuestros bosques?
Como se rasura cada quien cada mañana
Con navajas de acero afilado
Contaminar nuestras cuencas
Como si fuesen cloacas de empresas mineras
Aparapitas cargadoras de cadáveres
Dejaremos depredar territorios
Como si fueran desechables
Envenenar las aguas
Descargando en ellas nuestras pestilentes
Culpas
Asesinar por hambre a millones de personas
Así como se condena a la sequía al desviar cursos de ríos
O se sentencia a la inundación al construir represas
Asesinar por metralla a otros millones de personas
Así como se fumiga los cultivos industriales
Aniquilando a poblaciones de insectos
Si no es por armas de destrucción masiva
Listas para lanzarse
Ojivas implacables
Dragones del Apocalipsis
Sin importar las consecuencias
Encontrando cualquier causa como excusa
Todo en aras del progreso y el desarrollo
Concretamente por el atesoramiento estadístico
De fantasmagórica riqueza abstracta
Contabilizada por la administración celosa
De funcionarios de elemental aritmética
Sumando datos mediados e inconscientes
Para un insignificante número de familias ocultas
En paraísos artificiales
Acompañados por necios políticos
Únicos creyentes de sus insostenibles discursos
Mediocres generales funcionarios de la guerra
Expertos en técnicas de aniquilamiento
En estrategias envolventes de tenazas
Donde se enrollan en sus propias estratagemas
Quienes no encuentran otra solución para los problemas
Que la violencia del más fuerte
Y la muerte del enemigo inconcreto
¿Dejaremos que el porvenir se decida en manos de estos eunucos?
Que entregaron sus órganos al emperador del poder simbólico

¿Dejaremos como herencia a nuestros descendientes
La destrucción del plantea y el mundo del Apocalipsis?
No es mejor resolver los problemas que nuestras generaciones
Desataron abriendo la caja de pandora
Entregándoles a nuestros hijos
Y a los hijos que vienen
En el porvenir incierto
De la humanidad utópica
Un mundo de puentes y aperturas
De vasos comunicantes
De enredaderas trepadoras
Y de raíces dibujantes de rizomas
Sin estos problemas acumulados
De los que somos responsables

¿Queda en nosotros algo de la humanidad proyectada?
En los renacimientos intermitentes
En las rebeliones humanistas
En la subversión del arte
En el desborde estético
En la intrépida mirada de la física
En las topologías matemáticas
Aunque Gilles Lipovetsky no lo crea
¿Queda en nosotros algo de voluntad de potencia?
Creadora de valores nuevos
Elocuencia maravillosa de proliferantes vidas

¿O cruzaremos los brazos
Cerrando los ojos?
Como si así desapareciera la fatalidad
Por arte de magia  
Desconociendo el peligro que amenaza
Como espada de Damocles
A la humanidad entera
Ingenua hasta la extremidad extenuada
De los confines del mundo
Donde cuelga sus ropas tristes
Peligro que amenaza al planeta completo
A los tejidos entrelazados y vibrantes
Del hospitalario Oikos






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