¿Qué te puedo decir?
Sebastiano Monada
Qué te puedo decir
¿Qué te puedo decir?
Acaso algo suene a
regularidad
O misterio oculto
En la escritura del
culto
¿Mejor es callar?
No quiero tomes como
verdad
Guardado saber sustancial
Como revelación de
tablas enmohecidas
En cualquier monte
misterioso
Donde se tramiten
mandamientos
Mutilantes de celosos
patriarcas
Mi hablar impetuoso
No es enunciación
esencial
De verdades ocultas
En yacimientos profundos
Como si hubiera
códigos iniciales
En el comienzo de los
mundos
No es verdad
Lo que digo
No hay verdades
Como leyes jurídicas
Inscritas en los
esquemas del pluriverso
En sus iniciales
operaciones de clausura
Hay expresiones
Como canciones
nocturnas
Las mejores son las
que comprenden
Las complicidades del
cosmos diverso
Como convocante
asamblea de fuerzas
Multitudinarias en
sus direcciones
Distintas y variadas
No hay verdades
Solo aprendizajes
Tu cuerpo es el
espesor
Como humus fecundo
donde se planta
La quinua y el
amaranto
Donde se instaló la
pedagogía
Vital de las
revelaciones pragmáticas
En sentido
filosófico, no utilitario
Debes aprender de ti
misma
De tu propia
experiencia
Del cúmulo dinámico
de tus sensaciones
Debes aprender a ser
lo que quieres
Lo que buscas
incansable
En los bosques de las
posibilidades
En la cadencia propia
De las cuerdas de tu
guitarra
Tu composición
musical y estética
Tu ímpetu pronunciado
en palabras
Que usas como armas
Luchando por lo que
amas
Por favor no me sigas
No seas discípula
Ni en masculino
Ni en femenino
No te inventes un
profeta
Ni un amauta
ancestral
No necesitas otro
padre
Ya lo tuviste uno
Si lo haces
Como de costumbre
Te matas y me matas
Ya no seremos más
El libre canto de las
aves
El resplandor de las
luces del alba
Seremos un cuento
ceremonioso
De las instituciones
Libérate de mí
Escucha y debate
conmigo
No me creas
Busca otras salidas
Las que tú vislumbras
En las mañanas
refulgentes
O en las tardes
crepusculares
Lo lindo de nosotros
Es que nos apreciamos
En el ondulante océano
se sensaciones
A pesar de los
pesares
De los ámbitos
mundanos de desprecios
Desiertos construidos
por tala de bosques
Y en urbes desdichadas
en su expansión desolada
Sin cobijo y
hospitalidad
Que no desmoralizan
tu mocedad
Nos escuchamos
Cuando nadie escucha
a nadie
Todos quieres imponer
su verdad
Vanagloriándose de
sus máscaras
De carnaval
Lo importante es este
romance inédito
Ocasionado por analogías
compartidas
En mares de
diferencias ateridas
Aventura inventada
En los confines de la
explanada
Del tiempo sin
memoria
Esta confianza en
confesiones del otro
Como las de Agustín
ante Dios incognito
Nada más
Lo importante es la
amancia a la vida
De la que formamos parte
Como fugaces relámpagos
de la noche
Y gotas reventadas en
las rocas
El encontrarnos en
sus ritmos
Y melodías
embriagantes
Como danzas secretas
Acompañadas por
consumos
Vibrantes y trashumantes
Lo importante es mi
aprecio
A tu manifestación revelada
En tus
desplazamientos creativos
Como portentosa
primaveras inesperadas
Tú maravillosa fuerza
al quebrar
Las estructuras del malestar
Las ateridas
costumbres
Domesticadas y
subordinadas
A las narrativas del
poder
Lo importante es tu
rebelión
A la
institucionalización de la asonada
Gracias a ti
La humanidad tiene
perspectivas
Y esperanzas
venideras
En un presente en
espera
Apertura posible a la
inventiva
Agradezcamos habernos
encontrado
No hay destino en
esto
Solo azar creativo
Afirmando la
necesidad
No soy ni tu hombre
Ni tu mi mujer
Esta posesión es la
herencia
Del poder acumulado
por milenios
Somos como el suspiro
colorido
De la orquídea que
seduce a la avispa
Las dos continúan la danza
de la vida
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