martes, 21 de junio de 2016

El que mata no sabe lo que mata

El que mata no sabe lo que mata


Sebastiano Monada






El que mata no sabe lo que mata
No sabe de la tarde
Cuando el búho levanta vuelo
Alumbrando el crepúsculo

Mata la vida
Como se mata el aburrimiento
Desflorando margaritas
No sabe lo que es la vida
Ni le importa

Ya lo tiene de antemano resuelto
Cree es cualquier cosa
Puede ser mariposa
O tallo arrancado
Cualquier madero triste
Rompible al alcance
De sus manos inútiles
Como trenes varados
En estaciones olvidadas

Solo sirven para quebrar
Las ramas ondulando agraciadas
Hasta que las arrancan
Solo sirven amenazantes
Para impedir el paso galopante
De los sueños
Y matar

El que mata no sabe nada
No sabe de la materia oscura
De la energía oculta
En las abismales hendiduras
De las profundidades puras
No sabe mata su propia vida
Como si fuera castigo
O condena heredada
De pecados pasados

Al matar otra vida
Como venganza
Cree en una lucha
Por la supervivencia
Como si la vida en el mundo
Fuera frenética concurrencia

¿La de él?
¿A costa de otras vidas?
¿Cree su vida es posible
Sobre montañas de cadáveres?

El que mata no ha entendido
Nada de nada
No ha entendido la mirada humana
Ni el rostro narrando
Las tramas perdidas
De aventuras olvidadas

Muestra confusión depravada
Su miseria aterida
Su alma desgarrada
Su consciencia desdichada
Su soledad congelada

Acaso cree el universo
Se ha creado
Como escenario de sobresaltos
Para sus tristes deseos
Sus lamentables dominios
Sus riquezas numerarias
Se desaten como bandas
De murciélagos
Asustados
Vuelos alocados
No se salva de la muerte

Hombres consternados
Como ejemplo mostrados
Lecciones expuestas en pizarrón
Postulado modelo
De hombre
A seguir adelante
Si ese es el arquetipo
Triste es el resultado
De la creación

Los que matan son agonía
Como desangrado suicida
En tibia tina
Padecimiento
De mundo desolado
Algunos se consideran
Ángeles exterminadores
El castigo de Dios
No son sino piltrafas humanas
Desechos de urbes despiadadas

¿Quiénes inventan leyendas
De estos tristes personajes abandonados
A su suerte?

Los medios estridentes
No tienen nada que decirnos
Pero tienen la legua suelta
Para sensacionalismos dramáticos
Los ideólogos de la verdad
Quienes los juzgan o los enaltecen
Dependiendo del escandalo
Los monjes verdugos
Armados de látigos
Persiguiendo infieles
Los machos prepotentes
Como niños mimados
Esconden su miedo
Detrás de su máscara
De mármol pulimentado
Encubriendo su pavor

A la otredad
A la alteridad
A la mujer
Postergada

Estos impotentes
Humus sin semilla
Desahogan su drama
En quienes señalan como demonios
Cuando son ellos los destacados
En acciones homicidas

Los predispuestos al horror
Como vocación injertada
Para escapar de su terror

De los que matan hay de toda clase
Un abanico barroco
En manos de una doncella
Seductora de autoridades
Y de pasiones ajadas

Los que reclaman desesperados
Con las manos de ahogados
Ser reconocidos
Como nobles antiguos
Y héroes no recordados
De batallas cruciales
Por eso llaman la atención
Con sus atrocidades
Los que se presentan justicieros
Jueces implacables
Con los ojos vendados

Héroes de pacotilla
En sus riesgos de circo
Creen haber cumplido
Con mandato categórico
Después de haber bombardeado
Ciudades
Ruinas urbanas de guerras
Sin sentido

Los que obedecen órdenes
Como soldados ciegos
Entonces lo hacen
Y no les incumbe
Sino a sus jefes

Los que lo hacen por la causa
Como si fuera ella el perdón esperado
Motivo suficiente justificado
Por la historia
Por la humanidad
Deshabitada

Al dejar ríos de sangre
Muestran
Caminos de muerte
Para llegar a la utopía
Inalcanzable
Con tanto peso macabro

La lista es larga
Tienen en común
El desprecio a la vida
Para ellos solo vale la idea
O sufrimiento propio
Solo vale fin perseguido
Llegando por medio
De la muerte

¿Qué son?
¿Quiénes son?
¿Son ángeles acaso?
¿Tienen alas?
¿Son justicieros?
¿La justicia es castigar?
¿Dejar marcas en el cuerpo?
¿Dejar sin compañero a mujeres?
¿Dejar sin compañera a hombres?
¿Dejar sin padre o sin madre
A los hijos?
¿Son utopistas?
¿Utopía sembrada de cementerios?

¿Cómo aparecen? ¿Cómo se forman?
Quienes con tanta facilidad matan
U ordenan matar

Antes son profetas
O fieles seguidores
Antes son sombras grises
U opacos hombres
Antes son víctimas despreciadas
Por todo el mundo
Antes son culpables
De haber pecado
Antes se guardan resentimientos
Ateridos
Es sorpresiva aparición imprevista
Como vengadores apocalípticos
Crueldad celestial de ángeles
Caídos
Sin alas

¿Podrá vencer esta gente la vida?  
La vida risueña y alegre
La vida inventora
La vida artista
La vida danzante
La vida crítica
La vida amate
La vida embriagante

No parece posible
Ni razonable
Que venza
Quien ignora la vida
Prescripción de astros embriagados
Reduciendo a la miseria
Al tamaño de su prejuicio
A la vida

Venza
Como si no pasara nada
Castrado como eunuco
Entregando sus órganos
Al poder

Venza
Quien hace
Y deshace
No sabe
Es la antelada muerte

Lo que pase
No depende de él
Del asesino
Ni de ellos
Los parecidos
Sino de nosotros

Si amamos la vida
Debemos parar el círculo vicioso
De matanzas y venganzas

No hay por qué castigarlos
En el patíbulo
O matarlos
Para quede constancia
Nadie puede rebelarse contra el poder
Ni la justicia
Lo mismo hacer
Al revés

Tenemos que tomarlos como víctimas
Aunque no quieran ver
Del frío como el hielo del poder
Máquina de acero
Para padecer
Tenemos que mostrarles
Lo que hace el Estado con ellos
Y con nosotros
Como si fuéramos arcilla moldeable
Inculcando sus odios
Sembrando sus prejuicios en nuestros cuerpos
Como si fuéramos tierra desechable
Despojándose de fertilidad heredada
Lo que hacen los fundamentalismos
Como si fuesen el origen o raíz de todo
Con los creyentes
Llevando a su gente a la guerra santa
Como guerra cósmica entre el bien y el mal
Cuando esa guerra se resume
A perseguir al demonio encarnado
Cuando son ellos los que construyen
El infierno


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